El Real Madrid no tuvo una noche tranquila en el Coliseum Alfonso Pérez, pero logró lo que más necesitaba: una victoria. En un duelo marcado por el desgaste, las lesiones y la rotación, el equipo de Carlo Ancelotti se impuso por la mínima al Getafe gracias a un gol de Arda Güler.
No fue un triunfo brillante, pero sí lleno de carácter y significado, sobre todo porque mantiene a los blancos en la pelea por el título a falta de cinco jornadas. Con el Barcelona todavía en lo más alto, este resultado mantiene la presión intacta.
Una Primera Mitad Eficaz Y Con Sello Juvenil
Desde el arranque quedó claro que el Madrid no salía a especular. Aunque Ancelotti no usó su once habitual, el equipo mostró seriedad y supo manejar bien los primeros compases del partido. Arda Güler fue la gran figura de la noche, no solo por el gol, sino por su manera de conducir al equipo en el tramo más ordenado del juego. El joven turco aprovechó un buen pase tras una rápida transición y definió con frialdad, dejando sin reacción al arquero local.
La conexión entre los jóvenes fue clave. Endrick, en su primera titularidad, aportó movilidad y abrió espacios, aunque no logró concretar las que tuvo. Vinicius también apareció por momentos, generando desequilibrio por la banda izquierda. Sin embargo, al equipo le costó encontrar profundidad después del gol, y poco a poco el ritmo fue bajando.
A pesar del control parcial, el Madrid no terminó de aprovechar los errores del Getafe. Hubo una clara de Endrick tras una gran pared con Vinicius, pero David Soria ganó el mano a mano. Esa jugada reflejó lo que sería el resto del partido: buenas intenciones, pero sin contundencia para cerrar el partido antes de tiempo.
Segunda Parte: El Madrid Resiste Como Puede
La segunda mitad fue otra historia. El Getafe subió la intensidad y empezó a incomodar al Madrid, que fue perdiendo el control del balón. La entrada de Camavinga por Alaba, quien se marchó con molestias, no ayudó a estabilizar al equipo. El francés, jugando en una posición poco habitual, cometió errores en la salida que generaron incertidumbre en la zaga blanca.
El equipo de Bordalás fue al frente con más voluntad que claridad, pero su insistencia comenzó a empujar al Madrid hacia su propio arco. Las jugadas a balón parado y los centros laterales se repitieron una y otra vez, poniendo a prueba a la defensa madridista. Para colmo, Camavinga también tuvo que salir por una molestia física, dejando al equipo con diez hombres en el tramo final.
Fue entonces cuando apareció Courtois para salvar el partido. El arquero belga tapó dos ocasiones clarísimas en tiempo de descuento, incluyendo una doble intervención a quemarropa que impidió el empate. Su actuación fue determinante, como tantas otras veces esta temporada, y dejó claro que, en partidos tan cerrados, tener un arquero de su nivel puede marcar la diferencia.
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Un Triunfo Que Vale Más Que Tres Puntos
Más allá del marcador, la victoria ante el Getafe deja muchas lecturas. Por un lado, el Real Madrid sigue en la pelea por LaLiga, manteniéndose a cuatro puntos del Barcelona y con un Clásico en el horizonte que puede definir muchas cosas. Por otro, el equipo suma una preocupación más en forma de lesiones justo antes de disputar la final de la Copa del Rey.
Ancelotti gestionó el partido con inteligencia, rotando piezas sin debilitar demasiado al equipo, pero el esfuerzo físico se sigue acumulando en una plantilla que ha sufrido mucho en ese aspecto durante la temporada. El hecho de haber sacado los tres puntos en un campo tan complicado y con tantas dificultades habla bien del carácter del grupo, pero también deja claro que cada jornada será una batalla.
Arda Güler se confirma como una alternativa real para el tramo final del curso. Su talento ya no es solo una promesa: con cada partido muestra madurez, inteligencia táctica y una técnica que puede resultar clave en partidos cerrados como el de anoche. Si mantiene este nivel, será difícil dejarlo fuera de los duelos importantes.
Un Cierre de Temporada Que Promete Emociones Fuertes
Con este triunfo, el Real Madrid mantiene intacta la ilusión en LaLiga y llega con confianza al tramo final del calendario. Primero deberá afrontar la final de la Copa del Rey, un duelo que también puede tener un efecto anímico de cara a lo que resta del torneo liguero. Después vendrá el Clásico ante el Barcelona, posiblemente el partido más decisivo del año para ambos clubes.
Mientras tanto, los blancos saben que no hay margen para errores. Cada encuentro cuenta, y cada punto puede ser definitivo. La lucha por el campeonato sigue abierta, y si algo demostró el partido contra el Getafe es que este equipo no está dispuesto a rendirse.
Con corazón, con esfuerzo y con una joven promesa como Güler empezando a brillar, el Madrid sigue aferrado a su sueño.
