El Deportivo Alavés y el Celta de Vigo se enfrentaron en el Estadio Mendizorroza en un encuentro que terminó con un empate 1-1, dejando sensaciones mixtas en ambos equipos. Mientras que el resultado podría considerarse insuficiente para sus aspiraciones inmediatas, el punto logrado podría volverse crucial en las últimas semanas de la temporada.
Un Inicio Deslucido Con Ventaja Para El Alavés
El partido comenzó con cierta controversia y señales de nerviosismo por parte de ambos equipos. La imprecisión quedó clara desde los primeros instantes, con errores básicos como el saque inicial en ambas mitades. Sin embargo, fue el Alavés quien logró abrir el marcador gracias a un penalti convertido por Kike García en los primeros minutos.
La jugada se produjo tras una mano de Fran Beltrán en el área, que el árbitro necesitó revisar con la asistencia del VAR. Este gol marcó la única acción destacada de una primera mitad donde el fútbol brilló por su ausencia.
A pesar de llevar la delantera, los babazorros no consiguieron imponer un dominio claro en el terreno de juego. Su ventaja parecía frágil, y aunque tuvieron más posesión, no generaron más peligro en la portería del Celta. Los visitantes, por su parte, se limitaron a mantener la calma, sin mostrar demasiado ímpetu para buscar el empate antes del descanso.
El Cambio de Ritmo en la Segunda Mitad
El paso por los vestuarios trajo una transformación notable en el Celta. Claudio Giráldez realizó ajustes estratégicos que revitalizaron a su equipo. Desde los primeros minutos del segundo tiempo, los visitantes comenzaron a mostrar más iniciativa, probando suerte con disparos desde fuera del área.
Finalmente, Pablo Durán logró el empate con un golazo espectacular, aprovechando un descuido en la defensa del Alavés. Su remate desde la distancia fue imparable, marcando el mejor momento del partido.
Tras el empate, el juego se volvió más equilibrado, pero también más cauteloso. Ambos equipos parecieron preocuparse más por no perder que por arriesgar para ganar. Aunque hubo intentos de desestabilizar el marcador, las ocasiones claras fueron escasas. La intensidad del encuentro disminuyó, dejando un tramo final con poca emoción y una repartición de puntos que no satisfizo a ninguno de los dos bandos.
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Un Punto Que Podría Pesar Al Final de la Temporada
Este empate deja al Alavés en la posición 17 de la tabla, con 20 puntos, apenas fuera de la zona de descenso. El panorama para los babazorros sigue siendo complicado, con enfrentamientos cruciales por delante, incluyendo una difícil visita al Barcelona.
Por otro lado, el Celta se ubica en el puesto 13 con 24 puntos, en una situación algo más tranquila, pero aún lejos de garantizar su permanencia. Sus próximos compromisos contra rivales de alto nivel, como el Real Betis y el Atlético de Madrid, serán determinantes para consolidar su posición.
Aunque el partido no fue especialmente atractivo ni rico en calidad futbolística, el punto logrado podría ser valioso a largo plazo. En una liga tan competitiva como LaLiga, donde la diferencia entre la permanencia y el descenso puede ser mínima, cada unidad cuenta. Lo que ahora parece un resultado modesto podría marcar la diferencia en el desenlace de la temporada.
Este enfrentamiento dejó en evidencia las carencias y virtudes de ambos equipos. Mientras el Alavés debe encontrar mayor consistencia en su ataque y aprovechar mejor sus momentos de dominio, el Celta necesita trabajar en su capacidad de cerrar partidos y no conformarse con empates que podrían comprometer sus objetivos. Ambos tienen trabajo por delante y poco margen de error en las jornadas que restan.
El empate en Mendizorroza fue un reflejo de las luchas internas que enfrentan el Alavés y el Celta en esta temporada. Aunque el resultado no colmó las expectativas de sus aficionados, queda por ver si este punto, aparentemente insignificante, será recordado como el que marcó la diferencia en la batalla por la permanencia.