El Madison Square Garden explotó otra vez gracias a una actuación heroica de Mikal Bridges en el último cuarto. Los Knicks repitieron la fórmula: remontada desde atrás, defensa intensa y una jugada final decisiva para robarle otro triunfo a los Celtics. Esta vez fue un 91-90 que deja a Nueva York con ventaja de 2-0 en la semifinal del Este, con la serie ahora rumbo al tercer juego en casa.
El guion se repitió, pero no se sintió igual. Nueva York tuvo que remar desde 21 puntos abajo, aguantó un mal cierre del tercer cuarto y resurgió justo a tiempo con Bridges marcando el paso en los minutos finales. Boston, por su parte, sigue sin encontrar su ritmo ofensivo, dependiendo de ráfagas cortas que no alcanzan para frenar a unos Knicks que juegan con el corazón en la mano.
Bridges, Otra Vez El Héroe
Mikal Bridges fue silencioso durante los tres primeros cuartos, pero en el último se soltó con 14 puntos fundamentales. Más allá de los tiros, su inteligencia defensiva volvió a marcar el cierre. Con menos de 15 segundos en el reloj y los Celtics buscando una canasta ganadora, Bridges interceptó un pase, se quedó con el balón y selló la victoria.
No es casualidad que haya hecho algo parecido en el Juego 1, cuando robó un balón a Jaylen Brown en el segundo final de la prórroga. Ahora, con dos cierres perfectos consecutivos, Bridges no solo aporta números, sino una presencia en la cancha que marca diferencia.
Su impacto no se limita a un solo lado. Con sus puntos en el cuarto periodo, su lectura del juego y su tranquilidad para tomar decisiones, Bridges se está convirtiendo en una pieza clave para los Knicks en esta postemporada.
Hart Y Towns También Respondieron
Josh Hart fue el más constante en la ofensiva de Nueva York. Terminó con 23 puntos y fue el único que mantuvo la presión ofensiva durante los cuatro cuartos. Sus tiros, penetraciones y decisiones oportunas mantuvieron al equipo en el partido mientras los Celtics parecían tener todo bajo control.
Karl-Anthony Towns también se hizo sentir con 21 puntos y 17 rebotes. No fue solo un trabajo en la pintura; su energía en defensa y su capacidad para correr la cancha le dieron a los Knicks varias oportunidades valiosas. Además, conectó una jugada de tres puntos que acercó a su equipo cuando el reloj apretaba.
El trabajo combinado de ambos sostuvo a Nueva York en los peores momentos del juego, y permitió que Bridges llegara fresco al cierre para sellar otra victoria.
Boston Pierde la Brújula en El Cierre
Los Celtics llegaron a tener una ventaja de 21 puntos y parecían encaminados a empatar la serie. Jayson Tatum, sin embargo, tuvo una noche muy discreta: apenas 13 puntos y muchos tiros fallados. Más preocupante aún fue el bache ofensivo en el último cuarto, donde Boston pasó más de ocho minutos sin anotar un solo tiro de campo.
Jaylen Brown y Derrick White aportaron 20 puntos cada uno, pero no pudieron cargar con la ofensiva cuando el juego se les fue de las manos. Tatum sí apareció con una clavada en los segundos finales, pero poco antes había fallado un tiro clave que dejó la puerta abierta para la remontada de los Knicks.
La falta de puntería fue otra vez un problema. Boston lanzó 10 de 40 en triples, sumando 25% de acierto, lo cual complica mucho cualquier intento de cerrar partidos. La presión de la defensa neoyorquina parece estar haciendo efecto, forzando tiros incómodos y robos en momentos clave.
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El Valor de Ganar Dos Como Visitante
Con este segundo triunfo en el TD Garden, los Knicks tomaron un control muy serio de la serie. La historia en la NBA es clara: cuando un equipo gana los dos primeros partidos como visitante en una serie al mejor de siete, termina avanzando el 85.7% de las veces. Nueva York sabe que todavía queda camino por recorrer, pero ha dado un golpe fuerte y lleno de confianza.
El Juego 3 se jugará en el Madison Square Garden el sábado, donde la energía del público neoyorquino promete impulsar aún más al equipo. Boston tendrá que encontrar respuestas pronto si no quiere quedar al borde de la eliminación.
Mikal Bridges ha emergido como la figura inesperada pero decisiva. Si mantiene este nivel en los cierres y sus compañeros siguen respondiendo como Hart y Towns lo hicieron en el segundo juego, los Knicks tienen una gran oportunidad de seguir avanzando. La serie ya tiene dueño emocional, y ese equipo viste de azul y naranja.
