Golden State volvió a demostrar que su experiencia en playoffs es un factor que no se puede subestimar. Con una actuación sólida en defensa, aportaciones clave desde la banca y un cierre efectivo de Stephen Curry, los Warriors dejaron fuera a los Rockets con una victoria por 103-89 en el Juego 7. El equipo dirigido por Steve Kerr ahora se prepara para enfrentar a los Timberwolves en las semifinales del Oeste, mientras Houston ve cortado un esfuerzo valiente de remontar la serie.
Hield Encendido Y Curry en Modo Cierre
La historia de este séptimo juego comenzó con un protagonista inesperado. Buddy Hield, quien había tenido una serie discreta, explotó desde la línea de tres puntos para darle ventaja temprana a Golden State. El escolta encestó seis triples en la primera mitad y terminó el encuentro con 33 puntos, la mayor cifra de su carrera en playoffs. Su precisión a distancia fue determinante para que los Warriors se fueran al descanso con una ventaja de 12 unidades.
Stephen Curry, por su parte, tuvo un inicio muy silencioso. El base solo anotó tres puntos antes del medio tiempo y no encontró su ritmo en los primeros dos cuartos. Sin embargo, en los momentos más críticos del encuentro, cuando Houston amenazaba con acercarse, apareció el Curry que todos conocen. El número 30 anotó 14 de sus 22 puntos en el último cuarto, incluyendo triples importantes y rebotes defensivos que ayudaron a controlar el cierre.
El gesto de “buenas noches” de Curry, tras anotar un triple que sentenció el duelo, resumió el espíritu de un equipo que no se rinde. Aunque no ha estado físicamente al cien por ciento durante la serie, su impacto sigue siendo fundamental cuando el partido está en juego.
Un Equipo Que Responde en Momentos Clave
Golden State no solo se apoyó en sus estrellas para sacar adelante el partido. La noche también fue positiva para otros nombres del plantel, como Jimmy Butler y Draymond Green. Butler aportó 20 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias, mientras que Green sumó 16 puntos y ayudó a controlar el ritmo del juego desde la defensa y la distribución.
La defensa de los Warriors funcionó de manera colectiva. Aunque Houston tuvo tramos en los que se acercó, especialmente en el tercer cuarto, nunca lograron cambiar el control del partido. La estrategia defensiva se enfocó en limitar los lanzamientos exteriores de los Rockets, que solo encestaron seis triples en todo el encuentro. En contraste, los Warriors terminaron con 15 canastas desde larga distancia, nueve de ellas obra de Hield.
Otro factor clave fue el dominio en los tableros. Golden State ganó la batalla por los rebotes, con Curry liderando el equipo en rebotes defensivos. Ese control permitió transiciones rápidas y evitar segundas oportunidades para los locales, algo que terminó marcando la diferencia.
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Houston Peleó, Pero No Alcanzó
El equipo de los Rockets llegó a este Juego 7 con una carga emocional importante. Después de ir abajo 3-1 en la serie, lograron ganar dos partidos consecutivos y forzar el duelo decisivo en casa. La afición respondió llenando el estadio, y el equipo intentó aprovechar la energía local para completar una remontada histórica.
Amen Thompson fue el jugador más destacado por los texanos, con 24 puntos y 9 rebotes en su primera experiencia de playoffs. El joven base mostró carácter en varios tramos del juego, incluyendo una racha de 14-4 que acercó a su equipo en el tercer cuarto. Alperen Sengun también brilló con 21 puntos y 14 rebotes, y Fred VanVleet sumó 17 unidades, aunque con poca efectividad desde el perímetro.
Sin embargo, la falta de experiencia y la poca profundidad en la rotación terminaron pesando. En un partido donde cada posesión contaba, los errores no forzados y los lanzamientos fallidos desde la línea de tres fueron obstáculos imposibles de superar para Houston.
Golden State Avanza Con la Mira Puesta en Minnesota
Con esta victoria, los Warriors se convierten en el séptimo equipo en la historia de la NBA en avanzar a semifinales siendo el séptimo sembrado. Además, vuelven a eliminar a los Rockets en una serie de playoffs, algo que ya habían hecho cuatro veces entre 2015 y 2019.
El reto ahora será mayor. Los Timberwolves, liderados por Anthony Edwards, esperan a Golden State con más descanso y una plantilla joven que ha demostrado consistencia durante toda la temporada. El primer duelo será el martes en Minnesota, y será una prueba exigente para un equipo que ha tenido que luchar desde el inicio para mantenerse con vida.
Aunque los interrogantes sobre el estado físico de Curry siguen presentes, lo mostrado por Golden State en este cierre de serie les da argumentos para creer. La combinación de experiencia, defensa intensa y aciertos en momentos clave les permite soñar con seguir avanzando. Para un equipo que ha vivido tantas batallas en postemporada, cada triunfo es una nueva oportunidad de demostrar que aún tienen algo más por dar.
