Los Cavaliers de Cleveland dieron un golpe de autoridad en la NBA al derrotar 129-122 al Thunder de Oklahoma City, cortando su impresionante racha de 15 victorias consecutivas. Este encuentro, que enfrentó a dos de los equipos más sólidos de la liga, fue una batalla llena de intensidad, con momentos clave que definieron el resultado en los últimos minutos.
A pesar de una actuación discreta de su estrella Donovan Mitchell, los Cavs lograron extender su propia racha ganadora a 11 victorias, consolidándose como el mejor equipo de la temporada con un récord de 32-4.
Un Juego De Ritmo Vertiginoso
El Rocket Mortgage FieldHouse fue el escenario de este enfrentamiento, que dejó claro que Cleveland está listo para competir por lo más alto. Jarrett Allen y Evan Mobley fueron los grandes responsables de la victoria, dominando la pintura y llevando al equipo hacia un triunfo crucial.
Ambos jugadores tuvieron cifras impresionantes, con Allen anotando 25 puntos, capturando 11 rebotes y repartiendo 6 asistencias, mientras que Mobley aportó 21 puntos, 10 rebotes y 7 asistencias. A pesar de que Shai Gilgeous-Alexander, la estrella del Thunder, brilló con 31 puntos, el dominio interior de los Cavaliers resultó ser la diferencia.
Desde el inicio del partido, la intensidad fue palpable. Ambos equipos salieron con la intención de imponer su estilo de juego, y el primer cuarto estuvo lleno de intercambio de canastas.
Cleveland, con un inicio eléctrico gracias a triples de Wade y Garland, mostró su capacidad para anotar rápidamente. Sin embargo, Oklahoma City no se quedó atrás, con Jalen Williams aportando en apoyo a Gilgeous-Alexander y manteniendo el marcador equilibrado.
El Thunder, sin embargo, se vio afectado por la sólida defensa de los Cavs, que limitaron las oportunidades de su rival mientras aprovechaban cada error para capitalizar. A pesar de algunas apariciones destacadas de Gilgeous-Alexander, quien mostró su habilidad para anotar incluso bajo una intensa marca, los Cavaliers aprovecharon las contribuciones de sus jugadores secundarios, como Ty Jerome y Max Strus, quienes con su acierto desde el perímetro ayudaron a dar vuelta el marcador.
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Dominio De Los Interiores Y Un Cierre Apretado
La segunda mitad fue un auténtico espectáculo de baloncesto. En el tercer cuarto, ambos equipos se lanzaron al ataque sin freno, anotando 84 puntos entre los dos. El ritmo fue frenético, y la capacidad de los jugadores de ambos lados para anotar fue impresionante.
Sin embargo, la profundidad de la plantilla de los Cavaliers, especialmente su poderío en la zona interior, terminó siendo un factor determinante. Aunque Mitchell no tuvo su mejor noche, con solo 11 puntos y un bajo porcentaje de tiros (3 de 16), Allen y Mobley se encargaron de tomar las riendas del partido en los momentos decisivos.
Cuando el juego se acercaba a su fin, el marcador se mantenía apretado, con una diferencia de solo 2 a 4 puntos entre los dos equipos. La clave del último cuarto fue el control de la pintura por parte de los Cavaliers.
Allen y Mobley se hicieron fuertes bajo los tableros, mientras que los jugadores exteriores de Oklahoma City no lograban encontrar consistencia en sus tiros. En los momentos finales, un triple de Mitchell y un gran movimiento de Garland fueron decisivos para asegurar la victoria.
Con este triunfo, Cleveland no solo cortó la racha de victorias de Oklahoma City, sino que también reforzó su posición como uno de los favoritos en la Conferencia Este. El equipo de Kenny Atkinson ha demostrado tener una gran mezcla de talento joven y veteranía, lo que les coloca como un contendiente legítimo para el campeonato de la NBA.
Este juego, sin duda, será recordado como uno de los más emocionantes de la temporada y un adelanto de lo que podría ser un enfrentamiento entre estos dos equipos en las Finales de la NBA.
